Florida se vuelve más fuerte por la mitigación de acuerdo a FEMA

Cuando el Huracán Irma llegó a Florida el 10 de septiembre de 2017, fue el huracán mayor más reciente que ha impactado el estado del sol. Antes del Huracán Irma, había Andrew, Charlie, David, Eloise e Ivan, para nombrar unos pocos. Los huracanes y tormentas tropicales son inevitables en Florida, pero las pérdidas devastadoras no tienen que ser así. Aunque sea imposible evitar huracanes, existen maneras de mitigar sus impactos.

En 1992, el Huracán Andrew devastó el sur de Florida, destruyendo más de 25.000 hogares y cobrando 65 vidas. En 1996, la Comisión para estudiar los códigos de edificación de Florida empezó a evaluar los códigos de edificación y a buscar maneras de mejorar la construcción. Seis años después, se estableció el Código de edificación de Florida, un código para todo el estado que mandaba que las casas fueran construidas para resistir vientos de huracán. Desde entonces, Florida ha seguido endureciendo sus códigos de edificación, implementando nuevas reglas para fortalecer ventanas, puertas y techos.

Cuando el Huracán Irma llegó a la costa de los Cayos, la resistencia e integridad estructural de miles de casas se pusieron a la prueba por los vientos de la tormenta, que arribaron a las 132 millas por hora. Como el video de la Evolución de la mitigación demuestra, las estructuras construidas antes del Huracán Andrew sostuvieron daños extremos, y la mayoría fueron completamente destruidas. Aunque las casas construidas después de Andrew salieron mejor, las casas construidas en los años recientes, después de la implementación de los códigos más nuevos, pasaron por el huracán de la Categoría 4 con daños mínimos.

La mitigación ofrece una manera de proteger casas, familias y negocios tomando medidas ahora—antes del próximo desastre—para evitar costos personales y económicos en el futuro. De hecho, un estudio reciente del Instituto Nacional de Ciencias de Edificación determinó que la inversión de un millón de dólares en mitigación puede ahorrar seis millones de dólares en costos por desastres futuros. Si un huracán amenaza, podría ser necesario que las personas se desalojen y que los negocios se cierren, pero edificios más fuertes permiten que las familias, negocios y organizaciones sin fines de lucro se recuperen más rápido, una vez que la tormenta haya pasado.

Para muchos, el Huracán Irma fue una llamada de atención. También podría ser una oportunidad para analizar el impacto, fortalecer los éxitos y arreglar de manera que mejore la resistencia de las casas, negocios e instalaciones públicas. Labores de mitigación eficaces pueden romper el ciclo de daños por huracanes, reparaciones y más daños en la próxima tormenta

 

(Fuente: FEMA)